domingo, abril 22, 2012

647. 13, Rue del Percebe


Mis vecinos. Mis adorables vecinos. Esos seres silenciosos de puertas para afuera que te encuentras en la escalera, a los que saludar, o no, en el rellano.

Cuando hace tres años nos vinimos a este-nuestro-hogar-de-alquiler Mi Santo y yo, pensaba que me iba a costar más la independencia. No sé, era la primera vez que salía de casa, (sí, a mi edad), a vivir sin mamá y sin papá, a tener que cocinar, limpiar,etecé, a vivir con lo que ganara con el sudor de mi frente... Y lo llevo más o menos bien. A veces menos, a veces más.

Lo de tener vecinos arriba y abajo, a derecha y a izquierda, delante y detrás... Eso ya costaba más. No es que venga de vivir con mis padres en un chalet familiar, pero sí de una casa, en una zona bastante tranquila (con independencia de mis antiguos vecinos de enfrente, lo que da para una temporada de "Los Simpsons"), con una estructura de vecindario donde lo que linda vivienda con vivienda suele ser el patio o el jardín.

Así que, cuando empecé a escuchar ruidos, creía que era lo normal. Hasta que Mi Santo me sacó de dudas y me dijo que no, que no era tan normal. No es tan normal escuchar los ronquidos del vecino de arriba cuando duerme, o que te levantes con su despertador antes que con el tuyo. No es normal, incluso, que estando en el despacho, oiga hasta el chorro de pis que cae en el váter del vecino (estoy hasta por aplaudir cuando hace un perfect y el caño no se estrella con las paredes del inodoro); es lo que tiene el boom inmobiliario que sufrimos después de 1992: los pisos se construyeron con miga de pan y escayola. 

Con estos antecedentes (mi oído de tísico y las paredes de cartón-piedra), hacer un elenco de los vecinos es de lo más normal...


Tenemos a las bolleras silenciosas del bajo. Que ellas y nosotros seamos los únicos que tenemos FELPUDO en la puerta da para muchos chistes sobre lamer pelusas y demás familia... Pero poco más, porque una casi es invisible y la otra parece un walking dead con resaca y mal despertar cuando te la encuentras en el rellano. Hace más ruido el joputamierdaperro que tienen. De esos perros-presa, que se te tiran a la pierna a morder, porque le falta poco por hacer un agujero en la puerta cuando pasas cerca...

De vecinos de portal, las bollos tienen a Belén Esteban y a Fran, con sus dos niños: Jose Alfredo y Guillermito. Gritos, haberlos, haylos; pero lo normal con dos niños pequeños y siendo Guillermito un "bocabreva": se cae, llora; no le dejas el balón, llora; se lo devuelves, llora; aumenta la prima de riesgo, llora.

Y en el otro portal, justo debajo de nuestra casa, la hija de Satanás, una ama de casa amargá que si puede, te pisa con el vespino y no te saluda. Su método de comunicación, sea la hora que sea, con su hijo (el próximo gran fichaje para "Hermano mayor") es el grito en toda su vertiente, desde berrido hasta estertor de la muerte. Hasta tal punto que el día que no la escucho, me preocupo por si le ha pasado algo...

Enfrente, el guardia civil jubilado. Que tiene que disfrutar como un enano con las subidas y bajadas, entradas y salidas de gente del piso. Se pensará que alquilamos las camas por horas o que, al ser manfloritas, hacemos orgías todos los días en casa.... Estos maricones y sus vicios. Claro está, que, si no aprovecharan y dejaran abierta la puerta principal para que entre el fresco... Lo de salir de casa y vértelo sentado en el sillón, sin camiseta, mirándote como si fuera a matarte de una manera lenta y dolorosa...

Compartiendo tabique, otra familia, cuya madre usa el método de despertar a gritos a su hijo, dedicándole insultos que la dejan muy mal a ella. Sí, lo de llamar "hijodeputa" a tu propio vástago no sé yo si es lo mejor...

Y luego está mi archienemiga. Esperancica. Una niña que vive enfrente y que el año pasado se dedico a reventarme todas las siestas con sus amigas y su negocio de venta ambulante de caramelos. Y es que, querida amiga, vender caramelos a las cuatro de la tarde no tiene vistas de futuro. Y no, el negocio no mejora por mucho que aumentes el volumen de tu slogan... 


En este ambiente, ñoras y ñores, tengo que lidiar, día sí y día también, aunque bueno, el que más y el que menos, vive en una situación parecida. ¿O es que el agua de la zona los ha dejado a todos mal de la azotea?


[Canción recomendada: Madness "Our House"]

6 comentarios:

MM de planetamurciano dijo...

Mire que todas sus desgracias vecinales hacen un bien social; yo cada vez que le leo comentar algo al respecto, bendingo a mis vecinos y me dan ganas de besarlos cuando me los encuentro por la escalera, porque, vaya, mi edificio parece un cementerio de puro silencioso y me temo que el más follonero soy yo.
A cambio, tengo una compi de piso que es una cabrona, japuta, guarra, inmadura, tontalahaba, sinfuste y a la que, por suerte, ayer mismo ya le di puerta. Que ya no tenemos edad...

hm dijo...

Ah... ¿pero no hacen orgías todos los días?.

El escriba dijo...

Yo vivo casi en un cementerio porque el día que llegué yo aquí, bajé la media de edad del vecindario a los 52 años, por lo menos.

Tengo unos vecinos folloneros que valen por dos y solo se comunican a gritos, y lo mejor es cuando viene de visita su hija (todos los días), que les encanta despedirse a grito pelado mientras ella va bajando la escalera.

Sr_Skyzos dijo...

*Murciana Marrana: El vecindario es de órdago. Y mira que la zona se supone que es tranquila... Lo de los niños, no se puede hacer mucho, que la calle tiene poco tráfico y es normal que haya ruido si están en la calle. Pero lo demás...

*HM: Sí, todos los días hay una bukkake session, no te jode...

*El Escriba: Creo que a gritos, ganamos nosotros.

MEG dijo...

Yo creo que lo peor que puedes tener es a la vecina con el hijo candidato de Hermano Mayor. El resto, más o menos, se pueden sobrellevar.

Yo tengo a la tacones encima de mi casa, con una hija que juega a la canicas y un hijo que toca la trompeta. Y un marido que toca la guitarra española, pero al menos la toca bien y da gustico oírlo.

Pero, lo peor de todo, es el bar de abajo.

Sufur dijo...

!Qué seria de este país sin las comunidades de vecinos! En la mía somos solamente siete propietarios, y casi ha habido asesinatos. Está la señora que pone denuncias a todo el mundo, está la ancianita con el perro que se mea en las escaleras, está la señora alquilada con un hijo veinteañero que está como un queso, estamos los maricones, está la familia de Bilbao que viene solamente un fin de semana de cada cuatro y menos mal, porque la mujer es una gritona insoportable, está la peluquera cotilla del local comercial... un primor, vamos.